Subiendo las escaleras no me encuentro con el cielo, aunque sí entendemos el concepto de cielo como un local dónde la cultura es la reina… Creo que he llegado a un espacio que se asemeja bastante. La «Lata de Zinc» es el lugar elegido por la protagonista de hoy. ¿Los motivos? Está en su barrio y su amplia y variada programación musical lo convierte en un punto de encuentro tan especial como su decoración.
Allí nos espera la siempre sonriente Cristina Gestido. Recién llegada de Londres tras más de dos meses sin pisar Asturias, dedica su primera noche a Lentejuelas y Tachuelas. Admite que es fácil encontrarse bares como La «Lata de Zinc» en la capital del Reino Unido, pero aquí no tanto.
Su familia es el imán que siempre le hace volver y pensar en la tierrina. Vivir en la capital británica supone estar a una hora y media de los suyos. Para ella, Londres-Asturias es un puente aéreo. Lleva 13 años residiendo en la ciudad inglesa, donde trabaja en la orquesta de la Ópera del Covent Garden y la London Philharmonic. Una labor que hace compatible con su proyecto más personal… Gestido.
Comenzó a tocar el violín con 8 años, y con 14 la viola. Creció entre melodías. Por un lado las que desprendían las clases de ballet que su madre impartía en la academia y por otro, los grupos que sonaban en el equipo de música de su hermano. Los unplugged de la MTV y aquellas canciones del rock de los 90´ le influyeron para siempre.
«Desde pequeña siento debilidad por el modelo de las mujeres en el rock. Mi ídolo era Courtney Love. Jugaba con un vestido de mi madre a ser la cantante de «Hole». Me fascina también la figura de Debbie Harry (la voz de la banda Blondie) y Kim Gordon (vocalista y bajista de Sonic Youth).»- confiesa Cristina.
Sus primeros pasos fueron junto a su hermano Jaime en las bandas Tristessa y Susan 6. Posteriormente ella formó su propio grupo con compañeros del colegio, Mushroom.
«En segundo de bachiller, decidí dejar el conservatorio de Oviedo. Ahorré y me preparé con el inglés durante un año. Las cosas parecían ponerse fáciles para que me fuera a Londres.»- recuerda.
Quizás el termino fácil no sea el más apropiado cuando una joven asturiana marca su meta y decide hacer todo lo posible para alcanzarla. Luchar por los sueños tiene su recompensa, y por eso pudo formarse en el Royal College of Music de Londres. Ese fue el siguiente paso tras haber ofrecido recitales como solista y formar parte de la OSPA.
Joven, lejos de su familia y amigos… Y con un idioma diferente.
«Recuerdo la primera clase a la que asistí y en la que sólo logré entender Good morning... Al segundo día llevé conmigo una grabadora. Comencé a mantener conversaciones sin problema al segundo año de estar allí. Pero.. ¡Aún meto la pata de vez en cuando al hacer traducciones literalmente! – cuenta entre risas.
Es la única española en su trabajo, algo que no ha supuesto una barrera para irse de gira con uno de los artistas más populares del planeta como es Sting. Un momento clave en su historia, así lo recuerda:
«En el mundo de la música clásica te enseñan a estar en constante tensión por el afán de mejorar. Aquel ritmo y filosofía de vida me hizo entrar en crisis. En ese momento llegó la gira de Sting y me cambio la vida. Recuperé el sentimiento que tenía cuando estaba en Tristessa, la ilusión de mis primeros conciertos viendo disfrutar a los demás con la música. Al final de los diez meses de gira, decidí lanzar mi proyecto personal.»
Cristina ha trabajado con artistas como Dominic Miller, David Bisbal, Julie Andrews, Russell Watson, Celine Dion o Soraya. Su vida es la música.
Me sorprende con un gran regalo, su nuevo disco. «Too many ways» así se llama el segundo LP y cuarto trabajo en su carrera. Un álbum con clara apuesta por el inglés, que es su segunda lengua y el idioma de los artistas con los que creció.
«Recibí criticas de mi entorno diciéndome que mi voz era mejor en inglés. Llevaba años empeñándome en cantar en español… Mi identidad es esta, es como realmente me siento cómoda.»-asegura.
El sonido de este nuevo disco es más crudo. Me sorprende y me encanta descubrir a una Cristina Gestido más guerrera y madura.
«Fui al estudio con una idea muy clara para cada canción. Son temas que hablan de mí, de mis temores, anhelos y experiencias. De que pase lo que pase, hay que seguir hacia delante. Es un sonido muy mío.»- afirma la artista.
El disco se grabó en agosto del año pasado. Ha sido producido por Sergio Rodriguez en Tutu Estudios y masterizado por Juan Hidalgo en Mastertips (Madrid). Ha contado con el apoyo de la banda que la acompaña desde el 2012; Ángel Miguel (guitarras), Antón Ceballos (bajo) y Guillermo González (batería).
«Este trabajo lo siento muy de equipo pese a que la banda lleve mi apellido. También soy consciente de que ellos viven en Asturias y tienen sus vidas, y para girar en el extranjero tendré que actuar sola.»- comenta Cristina.
Hay colaboraciones de artistas asturianos como las chicas de GPS Proyect (Gema Fernández, Puri Penín y Silvia Fernández) así como el músico Angel Ruiz Banjo.
Nueve canciones cuya carta de presentación fue el single «Another Place To Go», su videoclip estuvo nominado en la pasada edición de los Premios AMAS.
¡La noche está llena de sorpresas! Por la puerta de la «Lata de Zinc» aparece uno de los componentes de la banda. Uno de los músicos que mañana por la noche, se subirá al escenario de «La Salvaje» para defender el cuarto trabajo de Gestido. Incomparable el gran Ángel Miguel, al que yo con muchísimo cariño y admiración denomino «el Mark Knopfler asturiano».
Ángel Miguel lleva varios meses sin ver a Cristina, se funden en un gran abrazo.Son grandes amigos dentro y fuera del escenario.
El líder de los Real Straits confiesa su cariño hacia la artista y las ganas de que llegue el sábado para tocar junto a toda la banda. En Septiembre presentarán el disco en Madrid, pero antes un trocito de la gran ciudad se vendrá a «La Salvaje«. Mañana, la banda Gestido estará acompañada por el artista asturiano afincado en la capital, Héctor Tuya.
Claramente es el disco más suyo. Cristina no sólo derrocha talento en aquello que se propone y que le lleva a alcanzar grandes sueños. Cristina Gestido desprende ilusión. Un sentimiento que alimenta la esperanza de volver algún día a Asturias, de llegar a enamorarse y crear una familia, en no dejar de vibrar con la música… Ella cree por encima de todo, en la vida.
Demasiadas maneras de vivir, exceso de caminos que seguir… Sólo podemos dejarnos guiar por lo invisible a los ojos.
FOTOGRAFÍAS: Raul Muriel